lunes, 31 de marzo de 2014

España: La crisis y el neo-no-liberalismo

por Luis Martínez de Carvajal

Dicen que una mentira contada mil veces se convierte en una verdad, y no hay mayor mentira que más veces se haya contado que la supuesta causa de la crisis. El “neoliberalismo”, ese enemigo público número uno, esa palabra que recuerda el mal con sólo verla y que ha llevado a Europa a esta crisis. Antes de nada analicemos esta palabra, “neoliberalismo”, supongo que hará referencia a los liberales de la actualidad. Lo cual no entiendo ya que es como si a los sevillanos de hoy en día nos llamaran “neosevillanos”, poco sentido tiene. Pero bueno, hoy voy a intentar convencerles de que la culpa de la crisis no es del liberalismo, sino del no-liberalismo.


Y es que se le acusa al liberalismo de ser el causante de la crisis actual pues son políticas liberales las que se han llevado a cabo y han predominado en los últimos años, supuestamente. Y digo supuestamente porque el liberalismo defiende la no intervención en la economía y los ciclos económicos, y voy a demostrarles que es justamente lo contrario lo que se ha llevado a cabo en los últimos años.


Una de las causas de esta crisis ha sido la burbuja inmobiliaria que ha llevado a una restricción del crédito bancario pues estaban estos sobre endeudados. Bien, que los bancos estén sobre endeudados es la primera señal por la que debemos ver que no hay liberalismo, más bien lo contrario. En un mercado libre bancario, cuando un banco tiene una deuda que supera el 100% de sus activos ya no tiene posibilidad alguna de endeudarse más, pues cualquiera se da cuenta de que no es viable invertir en un banco tan endeudado. En cambio actualmente existen unos bancos centrales controlados por los gobiernos que permiten seguir endeudándose a estos bancos pues compran esa deuda de los bancos que nadie compraría, son los culpables de permitir que los bancos se hayan endeudado a niveles que superan el 600% de los activos en algunos casos.


En la pasada década se produjo una burbuja inmobiliaria, la cual por sí sola no es un problema grave, lo que sí es grave es que las familias y empresas estén hasta las trancas endeudadas por esa burbuja. Entonces muchos le echaron la culpa a los especuladores (aunque especuladores somos todos) y a los mercados, cuando fueron los bancos centrales otra vez los que tienen la culpa. Pues estos bajaron artificialmente los tipos de interés y con esto alteran el ciclo económico y llevan a una burbuja mobiliaria mucho mayor y más fuerte. Las familias y empresas desde la bajada de tipos del BCE se endeudaron un 300% más por ejemplo.

Pero la culpa de que en España estemos muchísimo peor que Alemania por ejemplo, es la burbuja estatal como algunos la llaman. Pues aunque muchos se empeñen en decir lo contrario, esta crisis no es global. Tanto Alemania como Reino Unido o EEUU han sufrido mucho menos esta crisis debido a que no han tenido un boom de gasto como en España. Comparemos Alemania con España, durante la época de bonanza Alemania decidió ahorrar y no aumentar el gasto público, incluso se llevaron a cabo recortes por un presidente socialdemócrata. En cambio España decidió aumentar el gasto público en 80.000.000.000€, pues creíamos que ese crecimiento era real y que todo iba a ir siempre al alza. Además ese gasto no se fue a I+D como hace China en un 50% de su presupuesto, no, ese dinero se fue a gasto social y a infraestructuras que no eran nada productivas. Llegábamos a tener mejores y más carreteras que Francia y Alemania juntas, muchos más AVE y tranvías. Que no pare la fiesta.


¿Y cómo respondió España a esta crisis? De la peor forma posible, con un mayor endeudamiento y un intento de reactivar un sector que había quebrado. Decidimos realizar inversiones públicas como el famoso Plan E que no sirvió para nada, decidimos subir impuestos a máximos históricos y rescatar a la banca pública. Cuando en Alemania se llevaron a cabo planes de recortes y liberalización del mercado, España no recortó apenas el gasto público y mucho menos liberalizó la economía.


Entonces tildan estas políticas de liberales, cuando el capitalismo se trata de la privatización de beneficios y de pérdidas, no sólo de beneficios como ocurre en España. Mientras que en EEUU han quebrado 340 bancos desde 2007, en España 0, pues hemos rescatado a una banca pública desastrosa.

Mientras que Estonia ha reducido su déficit enormemente tras el estallido de la burbuja, España casi lo ha triplicado. Mientras que Estonia ha liberalizado la economía llegando a ser el 11º país con mayor libertad económica del mundo actualmente, España ha pasado del puesto 27º en 2007 al 49º en 2014. Estonia y España tenían en 2010 un paro que rondaba el 20º, actualmente ellos tienen un paro inferior al 10% y nosotros lo hemos aumentado a un 26%. No es una utopía, son Alemania y Estonia, donde realmente hay austeridad.

Por lo que pueden ver que en los últimos años ha habido de todo en Europa y sobre todo en España menos austeridad, salvando a aquellos países que hoy crecen gracias al ahorro. Y menos mal que no hemos hablado de la burrada económica que se ha llevado a cabo en Europa con una política monetaria híper-expansiva, un aumento de gasto público sobre el PIB del 35% al 50% con un aumento de regulaciones financieras que se han reproducido en 40.000 regulaciones más, todo esto en los últimos 15 años. Por eso defiendo que la culpa de la crisis no es del liberalismo o neoliberalismo, mejor dicho la culpa de la crisis es del neo-no-liberalismo.

por Luis Martínez de Carvajal en http://www.liberalspain.com/la-crisis-y-el-neo-liberalismo/
Fuente: FMI, Index of Economic Freedom 2007-2014, Eurostat, European Citizens´ iniciative inform.

martes, 25 de marzo de 2014

Educación Pública: llamar a las cosas por su nombre

Por Pablo coelho

Cuánta veces decimos o escuchamos ¡Yo soy un defensor de la educación pública! o frases por el estilo, ahora pregunto: ¿sabemos qué es lo que estamos diciendo o escuchando cuando decimos o escuchamos eso?

Educación pública es el sistema nacional educativo de cada país o provincia, que, por lo general, comprende la planificación y supervisión de planes de estudio de los diversos niveles académicos, especialmente los obligatorios.

¿Cuando comprenderán  funcionarios, sindicalistas, comunicadores, padres, alumnos, opinadores de las redes sociales y opinión pública en general que la educación pública (esa que la mayoría dice defender y que en realidad debería denominarse "enseñanza" o "instrucción") es un sistema que incluye tanto a la enseñanza de "gestión estatal" como a la de "gestión privada"? ¡La educación estatal y la privada "son" educación pública!

Si no denominamos las cosas como son y -sobre todo- sabemos de que estamos hablando cuando hablamos, difícilmente podamos llegar a los necesarios acuerdos y consensos que se requieren para la búsqueda de las soluciones a los problemas que nos aquejan como sociedad.

Qué quede en claro y no se malentienda: soy producto y un agradecido del sistema educativo estatal y defiendo y -sin negar la importancia de los privados en la gestión de la educación- apoyo a ultranza una "enseñanza pública estatal" de calidad que tenga como objetivo la excelencia educativa.

viernes, 21 de marzo de 2014

Recuperación del Ethos individual e inclusivo


El libro Regenerar la Democracia, Reconstruir el Estado (2012), del catedrático D. Gaspar Ariño Ortiz, comienza con un capítulo dedicado a la crisis de principios, valores y creencias que desvertebran España:
“La democracia antes y más que un sistema de gobierno, es un sistema de valores, que demanda una educación político-moral… para que el sistema político o el sistema económico funcionen correctamente y den frutos de bienestar y prosperidad generales, es necesario que estén permeados, impregnados, por un sistema de valores, que inspire el comportamiento de las personas, especialmente de líderes, sociales, políticos y empresariales”.
“Toda regeneración es exógena. Los políticos son juez y parte y el cambio les haría perder poder y dinero. Es necesario pues, crear un estado de opinión que presione a los políticos.”
En el anterior artículo, vimos una nueva teoría de la evolución institucional hacia la sociedad civilizada o abierta que reclama la importancia de que actúen líderes inclusivos en tres ámbitos:
1) La recuperación de los valores (instituciones morales).
2) La regeneración de la democracia (instituciones jurídicas).
3) La reducción del Estado (instituciones políticas).
Hoy comentaremos la importancia de recuperar los valores morales propios de una sociedad abierta, frente al deterioro institucional que supone los valores tribales de las religiones arcaicas y de las ideologías colectivistas.

1. Recuperación del Ethos individual e inclusivo.
El “ethos” es el conjunto de los patrones de comportamiento, las instituciones morales o, si se prefiere, las normas de conducta con las que actúa la mayoría de la población de un territorio.
El proceso de evolución sociocultural hacia una sociedad abierta requiere ciertos patrones de comportamiento abstractos y universales que, generación tras generación, arraigan por evolución sociocultural entre la mayoría de la población de un territorio de modo que hacen que prevalezca el orden de mercado sobre el orden político.
Es decir, una sociedad civilizada se caracteriza por un “ethos” común individual e “inclusivo” formado por instituciones morales como, entre otras, el respeto por la vida, por la libertad individual, por la propiedad privada (plural), por el cumplimiento de los contratos, por los derechos subjetivos frente al Estado, por la familia, por el lenguaje, por el dinero, por los préstamos, por el libre comercio, por la función empresarial,…
El proceso de evolución sociocultural es muy lento porque las normas de conducta se adquieren por aprendizaje neurolingüístico situado a medio camino entre lo racional y lo irracional y, especialmente, porque también requieren que prevalezcan líderes inclusivos en el orden político.
Estos líderes inclusivos se identifican porque ejercen las potestades para las que les ha elegido el pueblo, con mínima coacción y mínimo intervencionismo, dotando de triple seguridad (interior, exterior y jurídica) al territorio y respetando el “ethos” individual e inclusivo con un Estado de Derecho, digno de tal nombre, es decir, que proporciona justicia independiente y ajustada al cumplimiento estricto de la Ley, facilitando el libre ejercicio de la función empresarial y no entorpeciendo el libre intercambio entre millones de ciudadanos.

2. Deterioro del Ethos: arcaico-colectivista, extractivo-destructivo.
También vimos que la nueva teoría de la evolución institucional permite observar el rápido proceso de involución sociocultural hacia una sociedad más cerrada, cuando en el orden político prevalece una oligarquía de líderes extractivos y destructivos que atacan el orden de mercado con virulencia para perseguir sus fines concretos y propios.
Con el crecimiento del tamaño de las formas de lo “Político” (ciudad, diputaciones, autonomías, gobierno central) y, en particular, con el incremento exponencial del tamaño del Estado-Administración, aumentan el grado de oligarquización y la colectivización de la sociedad, lo que describimos como un proceso de involución institucional desde una sociedad abierta y civilizada hacia una sociedad más cerrada y colectivista.
El ethos arcaico y colectivista se amolda perfectamente al relativismo moral de una clase dirigente, por lo que también puede emplearse la denominación de ethos extractivo y destructivo que caracteriza el comportamiento de las autoridades que depredan el presupuesto y que deterioran la legislación para conseguir mayores cotas de poder político.
El ethos arcaico y colectivista caracteriza a las sociedades más cerradas como las tribus y los regímenes políticos colectivistas, en donde arraigan los valores relativistas que favorecen las políticas intervencionistas de la oligarquía.
Permite imponer los arbitrios políticos sobre el orden de mercado, los derechos civiles y las haciendas de la población por medio del derecho positivo, el estatismo y el cientifismo constructivista.
El ethos arcaico y colectivista atropella los derechos fundamentales a la vida, a la libertad, a la propiedad y a la igualdad de trato ante la Ley, porque quedan sujetos al arbitrio del relativismo moral que dictan los intereses de la oligarquía de élites extractivas y destructivas. Se puede identificar tanto en la sociedad tribal como en la sociedad colectivista y se distingue por cuatro características:

2.1. Negación de la libertad individual
La negación de la individualidad del ser humano libre o, si se prefiere, la anulación de la libertad individual es el ethos común que sirve de nexo de unión entre las religiones arcaicas y las ideologías colectivistas.

2.2. Imposición de un mito cohesionador
El orden social se consigue mediante un mito cohesionador que proporciona la seguridad al colectivo de hombres-masa y que mantiene en el poder a los dirigentes.
Cuando no existen los valores morales tradicionales y la nación es un concepto “discutido y discutible”, los líderes extractivos y destructivos imponen una nueva moral relativista y “guían” la sociedad mediante una agenda de principios colectivos: alianza de civilizaciones, negociación con terroristas, memoria histórica, ideología de género, redistribución de la riqueza, subvenciones “sociales”, aumento del tamaño del Estado,...
En las religiones paganas, el mito cohesionador son los sacrificios humanos rituales que permiten mantener el control del grupo mediante el culto al Sol o a los dioses paganos para que favorezcan al colectivo y que solo saben interpretar los líderes.
En las ideologías comunista y socialista, los mitos cohesionadores que provocan los sacrificios de otros seres humanos y que sostienen a la oligarquía y “guían” a la sociedad cerrada son utopías más mecanicistas como, entre otros: el altruismo hacia un grupo social, la solidaridad hacia la clase proletaria, la propiedad comunal de los medios de producción, la redistribución de la riqueza, o la acción de lucha contra la burguesía, la pobreza, el cambio climático, las tradiciones, la religión, el enemigo interior o exterior,…
En las ideologías nacional-socialista y nacional-separatista, los mitos cohesionadores se producen también con coacción, violencia y sacrificio en masa de seres humanos por arcadias más biologicistas como, entre otras: el “Lebensraum” (espacio vital), el “Zeitgeist” (espíritu del tiempo), el lenguaje exclusivo, la cultura más sofisticada, la etnia más inteligente o la raza supuestamente superior.

2.3. Coacción y violencia en contra de los derechos individuales
El ethos arcaico y colectivista somete un grupo o bien una sociedad a los designios de la casta dominante. Se subliman los mitos cohesionadores que sirven de escusa para justificar las acciones políticas y se relativizan los valores morales, para poder atropellar y aplastar los derechos individuales a la vida, a la libertad, a la propiedad y a la igualdad de trato ante la Ley del grupo que es dominado (guiado) por la oligarquía de élites extractivas y destructivas.

2.4. Culto a la tribu y al Estado-Administración
El ethos arcaico rinde culto a los caciques y hechiceros tribales en supuesto contacto con los dioses para proveer la felicidad en la Tierra con una colectivización total de los recursos de la tribu.
El ethos colectivista rinde culto a otra forma de lo político más sofisticada, técnica y artificial, que es el Estado-Administración, controlado por una oligarquía para proveer la felicidad de la población mediante la colectivización de los medios de producción y/o su distribución entre las diferentes clases y grupos sociales.
De hecho, en el siglo XX y a comienzos del siglo XXI, el principal mito cohesionador es el culto al Estado Minotauro o Total con un tamaño cercano o superior al 50% del PIB, en la creencia mitológica de que puede proveerse una completa felicidad en la Tierra.
Se puede afirmar con rotundidad que la “auctoritas” de la Iglesia y el ethos católico de la “nación” perdieron su fuerza cohesionadora y fueron sustituidos en el siglo XX por la apokatástasis que, en palabras del catedrático Dalmacio Negro, significa que:
“Al menos desde el punto de vista político, parece ser la herejía dominante hoy en día en Occidente, culturalmente cristiano, pero en el que, atendiendo a los hechos, lo sagrado habría abandonado la Iglesia según el teólogo Cavanaugh, para encarnarse en el Estado… Esta herejía sería la causa soterrada del socialismo y del estatismo, que prometen y ofrecen la salvación en este mundo”.
El auge de la religión secular, consecuencia de la divinización del conocimiento (cientifismo) y el culto a su sumo sacerdote el Estado (estatismo), suponen la relativización del valor insustituible de la vida humana, de la libertad, de la propiedad privada y de las instituciones morales propias de la sociedad civilizada o abierta.

3. Recuperación del Ethos occidental de origen judeocristiano
En Occidente, las raíces del ethos común se encuentran en la religión judeocristiana, cuando ha sido y cuando es liderada por fieles, intelectuales y líderes “inclusivos” que creen en los valores, patrones de comportamiento, normas de conducta o instituciones morales del orden de mercado frente al orden político u oligárquico.
En el cristianismo se haya la base espirituales y religiosa del respeto por la vida de cada ser humano, por su libertad de decidir, por sus propiedades, por su familia, por el cuidado de “nasciturus”, por la veneración de los ancianos, por el intercambio pacífico de bienes y servicios resultado de la función empresarial,…
Esas mismas raíces, respetuosas con el ser humano libre, también pueden encontrarse en el pacifismo del ethos Oriental desarrollado en torno al budismo, al igual que en las manifestaciones del cristianismo moderno y pacífico y en la filosofía de la libertad del individuo que se basa en la no-coacción.
En todo caso, la recuperación del ethos común no está al alcance de cualquier religión o de cualquier filosofía, si promueven la violencia y la imposición de normas de conducta sobre su grupo o sobre el resto de la sociedad. Tampoco está al alcance de una religión o de una filosofía, cuando sirve de guía a los líderes extractivos y destructivos.
Las raíces del ethos individual e inclusivo se hallan en la religión y/o en la filosofía, cuando fieles, intelectuales y líderes actúan de forma inclusiva al arraigar los patrones de comportamiento que caracterizan a la sociedad civilizada o abierta, con respeto de los derechos individuales y confianza en la naturaleza libre de cada ser humano.

4. Paradigma de valores cristianos y absolutos frente al paradigma relativista y masónico.
Un paradigma es un conjunto de valores a través del cual vemos y conocemos la realidad. Según opina el catedrático Dalmacio Negro, existe una crisis en el paradigma socialdemócrata.
Por dicho motivo, es interesante el libro Masonería, religión y política” (2012), de D. Manuel Guerra Gómez, porque señala cómo la recuperación del “ethos” común requiere actuar para que cese la sustitución política del paradigma cristiano y absoluto por el paradigma masónico y relativista porque:
- Cuando sólo existe el método del diálogo masónico y todo es relativo, curiosamente el consenso de los políticamente correcto y de la moral “social” coincide siempre con lo que conviene a los intereses de los grupos de líderes extractivos y destructivos.
Se requiere que regresen las virtudes individuales como la honradez, el mérito académico, la capacidad de trabajo, y el sentido de Estado, la integridad profesional, el cumplimiento de la Ley, la honestidad, la transparencia y la gestión austera y eficaz de los recursos. Sobre todo, se requiere que la población sepa distinguir con claridad entre el bien y el mal, entre lo justo y lo injusto, entre los líderes inclusivos y los sinvergüenzas y oportunistas. En definitiva, se necesitan líderes inclusivos y, especialmente, ciudadanos que abandonen el culto al Estado y la confianza ciega en los políticos.
Para recuperar el ethos individual e inclusivo es preciso reclamar que se produzca una recuperación de los instituciones morales que caracterizan a una sociedad civilizada o abierta como, entre otros, el respeto estricto por el derecho a la vida de cada ser humano, por las libertades de pensamiento y opinión, por las libertades de prensa y comunicación, por la propiedad privada (plural), por la igualdad de trato ante la Ley, por la familia, por la religión, por la función empresarial, por el dinero de calidad, por el comercio, por la independencia de jueces y tribunales,…
En dicho empeño, son imprescindibles el esfuerzo de la población, los intelectuales y las entidades civiles independientes (Hazte Oír, el Instituto Juan de Mariana, el Centro Diego Covarrubias, GEES, Profesionales por la Ética,...) para que arraiguen las instituciones morales o hayekianas.
en http://plataformaconstitucional.blogspot.com.ar/2014/04/recuperacion-del-ethos-individual-e.html

lunes, 17 de marzo de 2014

La violencia que no deja huellas visibles pero que hace mucho daño

por Pablo Coelho

El maltrato psicológico no deja huellas ni moretones y afecta tanto a mujeres como hombres, niños como ancianos, personas con discapacidad o casi cualquier categoría de persona.

Quien maltrata recurre a insultos, ofensas, amenazas, críticas destructivas, gritos, gestos de indiferencia, descalificaciones, agresiones, malos modales intencionales, desprecios, y/o humillaciones.

En una relación saludable no existen los maltratos emocionales: todo lo contrario, existe el respeto, el amor y la comprensión hacia el otro, la disposición para apoyarlo, para integrarlo a un equipo, incluirlo como compañero de estudios o de trabajo e incluso como amigo.

Este tipo de violencia aunque no incluya golpes ni otras agresiones físicas es una forma de violencia que hace muchísimo daño emocional. Son conocidos los casos de violencia de género o de "bullyng" (acoso escolar), de violencia de género o de acoso laboral, pero este tipo de violencia puede abarcar cualquier ámbito de la vida y a cualquier persona y actúa muchas veces sin que los actores ni su entorno cercano lo adviertan hasta que es tarde.

Hagamos un exámen de conciencia, reconozcamos si en nosotros o alguna persona de nuestro contexto familiar, escolar o laboral habita un violento emocional o una víctima de esta violencia y, en tal caso, busquemos ayuda o brindémosla.

sábado, 8 de marzo de 2014

Mujeres y Hombres: No hay mucho para festejar todavía.

Por Pablo Coelho
Si necesitamos conmemorar el Día Internacional de la Mujer significa que como Sociedad aún nos debemos muchos cambios y por lo tanto, si bien es mucho lo que se ha avanzado en los últimas siete décadas en garantizar la igualdad de derechos de un gran número de personas, es muchísimo más aún lo que queda por hacer antes de comenzar a festejar en serio. 

El relato oficial pretende hacernos creer que los pocos pasitos que se dan en dirección hacia la inclusión plena, son la batalla final ganada al prejuicio, la discriminación, el hambre y la ignorancia. Pero no es así. 


¡Cuidado con esta trampa! 


Mucho hay todavía por hacer para que todos y cada uno de nosotros tengamos plenitud de derechos y garantizada la Libertad y el acceso digno -en igualdad de condiciones con los demás- a la educación, la salud, el esparcimiento, el transporte público y el empleo, entre otras cuestiones que no son solamente humanas, como la problemática del maltrato animal.


Debemos reinstalar los valores que nos convocan a todos como lo son la Paz, la Honestidad y la Idoneidad en la función pública, la Libertad, la Igualdad, la Hermandad y tenemos también pendiente una cuestión central como es el de tener una República en serio, con una democracia que deje de ser una simple formalidad que nos convoca cada dos años y el resto de los días nos margina, nos divide y nos empobrece cada vez más.


El combate por la igualdad de géneros es innegablemente una cuenta pendiente de nuestra sociedad que debe ir de la mano con la lucha de los jóvenes por su inserción en la sociedad, la de los mayores de cuarenta sin empleo por su reingreso al mercado laboral y la de tanto otros grupos discriminados por la comunidad, como las personas con discapacidad, los adultos mayores y los Pueblos Originarios, entre otros colectivos que -con mayor o menor visibilidad- luchan por algo tan simple como son la inclusión y la igualdad de oportunidades.


Conmemorar es hacer memoria, reflexionar, evaluar, crear conciencia, difundir derechos, reconocer a quienes luchan y comprometerse con las causas; pero nunca es festejar, al menos por ahora...


¡A seguir la lucha!