martes, 23 de julio de 2013

Interrogantes y Respuestas sobre lo que pasa y lo que viene

Por Pablo Coelho
¿Por qué los descomunales recursos con que cuenta el Estado argentino no van a la escuela o el hospital públicos? ¿Por qué no se utilizan en campañas campañas contra la desnutrición infantil o las adicciones? ¿Por qué tampoco se utilizan esos dineros públicos en obras de infraestructura para dotar de agua corriente, cloacas, gas, energía eléctrica y comunicaciones a la población?

¿Por qué con esos fondos no se genera el marco jurídico y económico apropiado para inversiones genuinas generadoras de empleo y progreso?

¿Será que la Educación, la Salud, una alimentación adecuada durante las etapas del desarrollo de la persona y un empleo digno generan personas libres que pueden tomar decisiones por su cuenta sin depender clientelarmente de nadie?

Cada vez que le descuentan "ganancias" al sueldo de un empleado, o que la inflación le quita un pedacito de sus ingresos a un trabajador, cada vez que decrece la capacidad de compra y de ahorro de los habitantes y también en cada oportunidad en que sentimos que cuesta más "llegar a fin de mes" debemos recordar -que con ese dinero que te falta y que en algún lugar está- estás pagando el "Fútbol para Todos" y también la "Fiesta del consorcio de Puerto Madero" aunque te digan que es "gratis" y "para todos".

Sin embargo, vaya paradoja para un gobierno que se autodenomina "progresista" y "nacional y popular", esos recursos van al "circo romano" que dieron en bautizar "Fútbol y Automovilismo para Todos" y a la industria del entretenimiento -pero exclusivamente de los amigos del Régimen- y, por esos canales, a alimentar al circuito de la corrupción, junto con los retornos de la obra pública y el festival de subsidios.

¿Será que desde los espacios del poder se prefiere que cada vez más y más personas -ignorantes, enfermas y sin futuro- queden esclavizadas bajo el yugo de quienes mediante dádivas, concesiones y graciosos beneficios las condenan premeditadamente a la pobreza estructural para así ser eternos clientes del sistema generación tras generación? No corramos ese gravísimo riesgo del que muy pocos retornan.

Ser ciudadano es tener derechos y hacerlos valer en plenitud, pero también implica obligaciones, si no ejercemos nuestra ciudadanía otro lo hará por nosotros y -seguramente- no será a nuestro favor.

Hagamos del ejercicio de la ciudadanía una verdadera militancia -esa que no busca el beneficio propio a través del "conchabo" sino que piensa en el interés general- y que sacará al país de esta crisis que atraviesa a la sociedad y a su dirigencia en todos sus niveles.

La República -nuestra garantía de derechos y básicamente de nuestra Libertad- peligra, ya que sus Instituciones van perdiendo batalla tras batalla y solo algunos resisten y dan combate a las oscuras fuerzas de la opresión que, con maquillaje peternalista y autoritario, ocultan una auténtica alma de peligrosa intolerancia y totalitaria convicción tanto en el oficialismo como en alguna oposición.

¿Qué hacer? Participemos, apoyemos a quienes nos representen, integrémosnos a organizaciones que compartan nuestros valores, creemos redes y estemos en contacto con nuestros semejantes.

El compromiso es la única llave hacia un futuro mejor, o no nos quejemos más, si es que más adelante nos permiten hacerlo...