Manuel Hinds, ex Ministro de Finanzas de El Salvador, explicó2 que el crecimiento saludable de América Latina durante los últimos años se debe, en gran medida, a la bonanza de los productos primarios o commodities. Hinds señala que esto ha sucedido a lo largo de la historia de Latinoamérica. Durante la Revolución Industrial vendió productos primarios a los países europeos que se estaban industrializando. Hoy está vendiendo productos primarios a los países que se están integrando al nuevo mundo globalizado, China e India.
Uno podría concluir, de los datos del primer párrafo, que las políticas populistas también pueden rendir buenos resultados o que en realidad no importan las políticas públicas que uno tenga siempre y cuando haya buenas condiciones externas. El problema con esto es que luego empezamos a creer que la “buena suerte” durará indefinidamente.
Pero la historia reciente de Latinoamérica muestra que el colapso económico llega, tarde o temprano. Hinds compara el periodo de la bonanza actual con aquel de los setentas y advierte que la región podría experimentar en el futuro un estancamiento, como el de la década perdida de los ochentas. Él explica que la bonanza de los commodities, tanto en los setentas como en los 2000, se debe en gran medida a la política monetaria expansiva de la Reserva Federal (Fed) de EE.UU. En cambio, la caída de los precios de los commodities durante los ochentas, se debió a una política monetaria restrictiva de la Fed.
Son dos las conclusiones de tremenda relevancia para el futuro de Latinoamérica. Primero, que bajo los dos escenarios posibles (la economía estadounidense no se recupera decisivamente o si se recupera decisivamente) se espera que la Fed suba las tasas de interés, el precio de los productos primarios colapse y los capitales invertidos a corto plazo en América Latina regresen a EE.UU. “generando grandes salidas de capital en la región, devaluaciones, crisis, etc.”
Segundo, que los latinoamericanos parecemos “vender nuestra libertad” a cambio de comodidad material. Parecemos sacrificar nuestra libertad (económica y política), respaldando líderes populistas con escaso respeto a los límites a su mandato, cuando los precios de los commodities están altos. Luego cuando llega el colapso, y los ajustes se vuelven inevitables, parecemos recuperar un aprecio por la libertad. He ahí la verdadera crisis: la de principios. En nuestra región no prevalece una adhesión incondicional a la libertad y a los derechos individuales, y ese sería el mejor antídoto al populismo y al autoritarismo y la mejor receta para la prosperidad a largo plazo.
por Gabriela Calderón de Burgos, editora de ElCato.org, investigadora del Cato Institute y columnista de El Universo (Ecuador).
Este artículo fue publicado originalmente en El Universo (Ecuador) el 27 de abril de 2011.
Referencias:
1. The World Development Indicators. Crecimiento anual del PIB entre 1970 y 2009. Promedios calculados por autora.
2. Hinds, Manuel. “Sysyphus Damnation: Development and the Idea of Freedom in Latin America”. 19 de abril de 2011. Estudio presentado en la reunión regional de la Mont Pelerin Society en Buenos Aires (17-20 de abril de 2011). Todos los datos de aquí en adelante se basan en esta fuente.