Esa utopía causó la crisis en los países europeos.
El Estado de Bienestar debe cubrir las necesidades de la población, y como estas son infinitas, en constante crecimiento, debe agigantarse el Estado y aumentar sus recursos; -La mayoría de los hombres que lo manejan, como es humano, prioriza sus necesidades por sobre las sociales, deteriorando el Bienestar; -Aparecen el descontrol, la ineficiencia, la dilapidación de recursos, la corrupción, el déficit del Estado, su quiebra y el ajuste a la población.
El Estado de Bienestar inevitablemente degenera y se degrada.
Se ignora que las mejoras sociales y el bienestar son producto del trabajo personal de todos los ciudadanos y que el Estado nunca puede generar riqueza ni bienestar, ni remplazar la labor y creatividad del ser humano.
La distribución del ingreso por el Estado es otra farsa: solo empobrece.
Dr. Marcelo Castro Corbat
en http://www.segundarepublica.blogspot.com.ar/
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