El año 1983 me encontró junto a millones de argentinos asimilando las heridas de una guerra totalmente innecesaria y, por otro lado, con la contracara del festejo por el ansiado regreso de la Democracia y las Instituciones de la República a nuestra Patria.
Como la inmensa mayoría, tenía las lógicas expectativas e ilusiones que da el saber que -luego de tantos años de miedo, angustias y desesperanzas de no poder elegir ni discutir libremente y de vivir sin expresar nuestras ideas por temor a la violencia política- podríamos disfrutar de las ventajas de vivir en una Sociedad libre donde «participar» era un verbo que podía volver a conjugarse y donde todas las ideas -aún las más minoritarias- iban a ser respetadas dentro del marco de la Ley.Pasaron veinticinco años. Muchas son las cuestiones que hemos enfrentado desde entonces y -más allá de todo- hoy podemos afirmar que realmente la Democracia llegó para quedarse. El principal logro que ha tenido la democracia en este cuarto de siglo ha sido fundamental y precisamente su propia consolidación.Hoy ya nadie duda de que el mecanismo que los argentinos hemos elegido para tomar nuestras decisiones más trascendentes es a través de la soberana expresión de sus ciudadanos mediante el voto y no por los violentos métodos de antaño.También han sido considerables los avances, aún con altibajos, en términos de libertad de expresión, respeto a los derechos humanos y libertades fundamentales.Obviamente, la Democracia del siglo XXI enfrenta arduos desafíos y en el tintero quedaron -claramente- aspectos no menos importantes que los que ya han sido instaurados. Sobre todo quedan pendientes cuestiones como el acceso a una Educación y una Salud de excelencia, una mayor Seguridad, una mejor Infraestructura y Calidad de Vida y especialmente Igualdad de Oportunidades para Todos sin importar su origen. Todas estas cuestiones seguramente lograremos resolverlas mediante el afianzamiento de la República tal cual lo establece nuestra sabia Constitución Nacional y no enfrentándolas con recursos gastados y probadamente ineficaces como muchas veces se ha intentado.
Con respecto al futuro soy optimista. Pienso que la Democracia es un cuerpo vivo y en permanente desarrollo que evolucionará hacia formas e instrumentos que permitan a quienes ejerzan la función pública una mayor legitimidad y representatividad que hasta ahora. Dentro de veinticinco años las nuevas tecnologías representarán un papel más importante que hasta el momento y eso debe llevarnos necesariamente a gestiones de gobierno más cristalinas y articuladas con la sociedad y también a una ciudadanía claramente comprometida e involucrada con el sistema mediante la participación y el ejercicio de sus derechos. Y también de sus obligaciones.Debemos dar respuesta a estas genuinas demandas utilizando como eje los derechos individuales que emanan del Artículo 14 de nuestra Constitución Nacional; mejorando la calidad de las Instituciones en términos de legitimidad, transparencia y eficacia a través de la consolidación de las organizaciones políticas como genuinas herramientas para la elección de candidatos y avanzando resueltamente en términos de representatividad y utilización de nuevas tecnologías; evitando nuevos avances del Ejecutivo sobre los otros Poderes republicanos e instituyendo definitivamente y para siempre el respeto por la Ley y haciendo un llamando a la concordia mediante la restauración del diálogo y el debate fecundos.
Con respecto al futuro soy optimista. Pienso que la Democracia es un cuerpo vivo y en permanente desarrollo que evolucionará hacia formas e instrumentos que permitan a quienes ejerzan la función pública una mayor legitimidad y representatividad que hasta ahora. Dentro de veinticinco años las nuevas tecnologías representarán un papel más importante que hasta el momento y eso debe llevarnos necesariamente a gestiones de gobierno más cristalinas y articuladas con la sociedad y también a una ciudadanía claramente comprometida e involucrada con el sistema mediante la participación y el ejercicio de sus derechos. Y también de sus obligaciones.Debemos dar respuesta a estas genuinas demandas utilizando como eje los derechos individuales que emanan del Artículo 14 de nuestra Constitución Nacional; mejorando la calidad de las Instituciones en términos de legitimidad, transparencia y eficacia a través de la consolidación de las organizaciones políticas como genuinas herramientas para la elección de candidatos y avanzando resueltamente en términos de representatividad y utilización de nuevas tecnologías; evitando nuevos avances del Ejecutivo sobre los otros Poderes republicanos e instituyendo definitivamente y para siempre el respeto por la Ley y haciendo un llamando a la concordia mediante la restauración del diálogo y el debate fecundos.
Diputado Sergio Nahabetian
Presidente Recrear
Provincia de Buenos Aires
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