jueves, 26 de marzo de 2009

La nueva teoría del derrame

¿Se recuerda de la “teoría del derrame”? ¿Aquella que enfatiza el crecimiento económico del sector privado como fuente de reducción de la pobreza? ¿La que contrasta con la teoría de la izquierda que hace énfasis en la redistribución de la riqueza como medio para reducir la pobreza? Pues ahora hay una nueva teoría del derrame: el Gobierno lo hará todo. Ocasionará el crecimiento económico y derramará la riqueza entre los más pobres.

Si usted cree que el Gobierno es fuente de prosperidad y que es el motor del crecimiento económico, usted se identificará con la “nueva teoría del derrame”. Promoverá acciones que “estimulen” la economía como líneas estatales de financiamiento para la construcción, un déficit fiscal que pague por muchas obras de infraestructura o simplemente continuará regalando dinero. En resumen, usted querrá que el Gobierno aproveche a “convertir esta crisis en una oportunidad”, al promover la prosperidad desde las altas esferas de poder para que, desde allí, la riqueza se derrame hasta los más pobres. ¿Qué tal? Ojalá fuera así de fácil, porque no habría países pobres en el mundo.

La nueva teoría del derrame será un fracaso porque el Gobierno no es fuente de prosperidad y menos de eficiencia. Como el Gobierno no crea nada; el gasto público solo “redistribuye” la poca riqueza que se crea. Cuando la riqueza no alcanza, el Gobierno de manera descarada nos endeuda hipotecando nuestros ingresos futuros con el gasto deficitario. Ambas cosas son casi una garantía de que seguiremos siendo pobres. Por otra parte, ¿qué nos hace creer que ahora sí gastarán el dinero correctamente? ¿Cómo sabemos que el caldo no nos va a salir más caro que los frijoles? ¿Qué clase de “es-tímulo” causará el gasto público? Es ingenuo pensar que, como consecuencia de la crisis, el Estado repentinamente se haya vuelto eficiente y honesto. Algo así como que las carreteras beneficiarán a todos, y no solo a los funcionarios o diputados para que pasen frente a sus propiedades, como la Prensa ha reportado en el pasado.

El desarrollo económico y social de nuestra nación es demasiado importante como para dejarlo en manos de funcionarios de Gobierno. Yo sí creo que el Estado tiene mucho que hacer, pero para solucionar otra crisis: la de inseguridad. Esa es la única crisis que el Gobierno debe meterse a solucionar. En esa sí puede hacer la diferencia, si deja de ver cómo “estimula” la economía y ve cómo agarra a los criminales. Y si soluciona esa crisis, veremos cómo florecerá, de nuevo, nuestra productividad, y la empresarialidad del pueblo nos sacará de la recesión por nuestras propias pistolas. En materia de gobierno, los funcionarios deben aprender que mucho ayuda el que poco estorba.

Por José Raúl González Merlo

4 comentarios:

Estadística FCPyS dijo...

Veo en tus referencias que mencionas bastante a von Mises, sabesmo que es uno de los padres del neoliberalismo, por consiguiente al parecer eres relativamente un aprendiz de él, por lo que exaltas la bandera de la no intervención del Estado y su reducción a solo la creación de seguridad, peo ese es el error más grande del neoliberalismo, el intentar adelgazar al Estado, ya que eso es imposible, y no es verdad de que el Estado no crea nada, el Estado crea escuela, hospitales, seguro social entre otras; concuerdo contigo en que si no existe una buena adminsitración se crea un déficit tremendo que cargan los contribuyentes pero eso no es un problema inherente al Estado, si gustas saber mi fuente principal de información te dejo este nick con el libro del Dr. Omar Guerrero de la carrera de Adminsitración Pública de la UNAM, http://omarguerrero.org/libros/Estado_gerencial.pdf , donde explica mas detalladamente lo que intento exlicar, y el grave error que ha cometido el neoliberalismo como ideología tanto de mercado como de goberino.

Marcvs Annivs dijo...

Usted debe saber que no hay igualdad de oportunidades si no interviene el gobierno.
No da igual vivir en la villa 31 y comer de lateoría del derrame basura que vivir en el country club las praderas y estudiar en el colegio los cardales.
Los pensamientos que pasan por las cabezas de estos sujetos claramente deben ser diferentes. El rico con su riqueza tiene cada vez más, porque le sobra, y eso que le sobra lo invierte, con lo cual obtiene más dinero sin trabajar. De donde sale ese dinero, finalmente sale del encarecimiento de los productos y servicios que todos consumimos. A quienes afecta más esto, a todos, pero con mayor gravedad a los más pobres. Este es, muy básicamente, el ciclo del mercado irregulado. Evidentemente al mercado lo que le interesa es ganar más, no le importan las personas, excluye, y con total perversidad luego de haber excluído dice, esa gente no trabaja, son vagos, y los discrimina. Esto es alienación rayana con estupidez. El mercado irregulado es una mentira de los señores feudales, es una promesa que nunca se cumplirá. El sistema capitalista todos entendemos que es lo mejor que conocemos, pero sabemos que no es perfecto, precisamente porque genera estos desbalances, pues bien, es necesario corregir los desbalances del sistema, como?, con redistribución de la riqueza.
No me venga usted con eso de que no le toque su quintita, sepa que no es tan suya como usted supone. Propiedad privada, digame usted si usted conoce el concepto y si sabe en que se basa, si lo defiende tan ferreamente en su blog, exponga sinceramente de que se trata.

Blogger dijo...

Gerardo, el neoliberalismo se generò en la posguerra siendo, a mi entender sus "padres" Milton Friedman y Agust Von Hayek se instala en los 70s con la falta de respuesta del keynesianismo a la crisis mundial su paradigma es que disminuyendo el poder del Estado y dándole un poder cerciente al mercado se combate tanto el desempleo masivo como la inflación y la falta de crecimiento consecuencia del dirigismo estatista.
Pero la doctrina liberal no se reduce a eso como nos quieren hacer creer sus enemigos, ya que en él coexisten diferentes escuelas o tendencias que también son herederas del liberalismo clásico de finales del siglo XIX y que si bien no son antagónicas se pueden llegar a diferenciar mucho.
El liberalismo intenta limitar al máximo el poder coactivo del Estado sobre los seres humanos y la sociedad civil y de ahí se desprende la defensa de la economía libre, el librecambio y la libre circulación de personas, capitales y bienes. Combate a la inflación a través de un rígido sistema monetario. Defiende el estado de derecho, el derecho a la vida y a la propiedad privada, la limitación y control del gasto público, el presupuesto equilibrado y un nivel reducido de impuestos. Sostiene el sistema republicano de división de poderes, la democracia como forma de elección de los gobiernos siempre con respeto a las minorías.
Dentro de las escuelas o tendencias que te cotaba existe por ejemplo la economía social de mercado, principal modelo económico usado en Europa Occidental originario de Alemania. Y que sostiene una economía de libre mercado, pero, manteniendo un alto nivel de competitividad para que toda la sociedad resulte beneficiada; dando al Estado un activo rol contra los cárteles, monopolios y oligopolios, ya que esas deficiencias del mercado atentan contra la economía libre y, en consecuencia, contra el bienestar y la estabilidad social; ayudando de los ciudadanos más vulnerables pero no ampliando el Estado ni creando un Estado de bienestar.

Blogger dijo...

Juan Martìn, concuerdo pero solo parcialmente contigo. El estado debe garantizar la igualdad de oportunidades a travès de garantizar que todos accedamos a la educaciòn, la salud, la seguridad y la justicia ìnimas para que, segùn nuestra propia capacidad estemos en condicioens de concretar nuestros deseos. Ningùn sistema en la historia de la humanidad logrò esto mejor que el liberalismo.
Sin ir màs lejos en aquellos paìses donde se aplica la Economía Social de Mercado tiene como objetivo mantener un equilibrio entre un alto índice del crecimiento económico, baja inflación, bajo nivel de desempleo, buenas condiciones laborales, bienestar social, y servicios públicos, por medio de una economía de libre mercado y políticas públicas tendientes a mantener esa competitividad sumado a políticas sociales paliativas que aseguren un estandard de vida mìnimo a toda la poblaciòn.