Todo lo que promete Mitt Romney a los estadounidenses en caso de ganar las elecciones suena a un futuro de prosperidad: Millones de nuevos empleos, una fuerte bajada de impuestos, reducción del déficit público... Como un mundo color de rosa en el que todos son felices y nadie tiene que sufrir.
Ni siquiera Barack Obama hizo hace cuatro años promesas así. Los expertos se preguntan: ¿Cómo quiere Romney conseguir todo eso? Y es que el candidato republicano se ha fijado objetivos todavía más ambiciosos: Según dice, antes de 2020 -lo que sería el final de su segundo periodo- Estados Unidos dejaría de importar petróleo. Sin pelos en la lengua, reivindica además el liderazgo estadounidense en el mundo: "El siglo XXI puede y debe ser un siglo estadounidense", informó DPA.
El núcleo del nuevo mundo de Romney son la economía y las finanzas. Su receta recuerda a las promesas de la revolución de Reagan: Liberalismo económico, menos Estado, menores impuestos y menos reglamentaciones burocráticas.
Concretamente, Romney quiere bajar los impuestos a particulares en un 20 por ciento, se lee en el programa electoral publicado en su web. Además, los impuestos a empresas se reducirán del 35 por ciento actual al 25 por ciento. Eso suena muy bien a oídos de ciudadanos y empresarios.
Para compensar la caída en los impuestos, Romney quiere cerrar vacíos fiscales y eliminar desgravaciones. Pero calla sobre lo que se propone en realidad.
Hace unos días, el republicano añadió un comentario no poco importante: Los ricos no deben pagar menos impuestos, pues a los pudientes "les va bien" y no necesitan rebajas de ningún tipo. Romney tampoco revela detalles al respecto. Los críticos consideran que el ex gobernador de Massachusetts es alguien que cambia de chaqueta según le conviene.
Sus críticos indican también que las cuentas no salen según se las imagina Romney y que, ante una bajada así de impuestos, la deuda pública se dispararía. Romney espera por el contrario que la reducción de impuestos impulse la economía y lleve incluso a que se desplacen a Estados Unidos puestos de trabajo desde el extranjero.
En total, el político republicano promete la creación de 12 millones de puestos de trabajo en cuatro años, más del doble que en los primeros cuatro años de Obama.
Al mismo tiempo, Romney pretende recortar fuertemente el gasto público, para que la cuota estatal se reduzca del 25 por ciento actual a menos del 20 por ciento. Su lema es "smaller, smarter, simpler": El Estado debe ser más pequeño, más inteligente, más simple. Pero también aquí el problema está en la letra pequeña, pues el candidato no ha revelado todavía dónde quiere meter la tijera.
Los comentaristas de medios nacionales consideran que Romney debe a los votantes muchas respuestas concretas. En su opinión, hace promesas grandiosas y plantea objetivos ambiciosos, pero no deja claro a los votantes cómo se va a pagar todo y cómo son los detalles. Los votantes "no han conocido especialmente mucho de cómo se verán los próximos cuatro años", escribió The New York Times.
En política energética, Romney plantea un regreso a los viejos tiempos, con un incremento en el bombeo de petróleo y gas, también en zonas costeras. "Abrir el acceso a los recursos energéticos nacionales", se afirma en el programa electoral. Por el contrario, se reducirán las competencias de las autoridades medioambientales y se eliminarán beneficios fiscales a las energías renovables.
en http://www.eluniversal.com/internacional/estados-unidos-2012/121020/mitt-romney-promete-en-su-campana-mas-empleos-y-menos-impuestos
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